Desde hace no mucho se ha generalizado en nuestros deportes de competición el uso de esos “sujetadores” que miden variables de juego, kilómetros recorridos, saltos, esfuerzos, posición en el campo… algo que los entrenadores utilizan para gestionar la carga de sus profesionales.
Esto lleva a tomar decisiones de gestión de los recursos de tal manera que cuando hay un partido que se considera menos complicado los entrenadores no utilicen a sus jugadores estrella, les den descanso. Los equipos dan descanso a sus estrellas a intervalos planificados para reducir el riesgo de lesiones y, en los días previos a los partidos clave, aumentar el rendimiento máximo.
Y nosotros en nuestras organizaciones, ¿hacemos lo mismo? Las empresas necesitamos que los mejores talentos rindan al máximo para competir.
En la NBA, la gestión de la carga molesta a los aficionados que esperan ver a sus estrellas favoritas en acción; cuando has pagado mucho dinero por tu entrada (o en nuestro caso un salario elevado), puede ser difícil ver los beneficios a largo plazo de esta práctica. Pero en el mundo empresarial los beneficios de mantener fresco el talento están demostrados.
Nuestros mejores colaboradores trabajan más horas, asumen más responsabilidades y en el proceso, se queman a un ritmo mayor: más del 50% de los directivos afirman estar quemados por ejemplo.
Si el personal clave están sobrecargados de trabajo demandante de tiempo y de baja prioridad no llegarán en condiciones mentales de gestionar con calidad los proyectos críticos y de alto valor añadido donde necesitamos de su creatividad, innovación y capacidad de aportar.
Para gestionar la carga de estos «atletas corporativos», Egilinsky propone trabajar por «sprints» de trabajo cortos e intensos seguidos de descanso.
Los estudios demuestran que el descanso no sólo aumenta la productividad, sino también la motivación, el compromiso y la creatividad. Y lo que es más importante, proporciona un enfoque para desarrollar la próxima generación de talento. No solo se trata de dejar descansar a las estrellas, se trata de desarrollar la cantera. Dar a otros miembros del equipo proyectos mas relevantes o la oportunidad de trabajar estrechamente con clientes importantes permite a los managers desarrollarse en un entorno controlado.
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